OPINIONES DE UNA BRUJA
Vivimos en un mundo patriarcal, del “hombres” (aunque desde una perspectiva inclusiva se está cambiando por “ser humano”) donde la mujer a base de golpes, disputas, protestas, plantones, muertes y lo inimaginable en pleno siglo XXI, ha tenido que exigir una posición de igualdad que le fue robada hace muchos siglos, pero igualdad de condiciones, al menos, porque biológica y arquetípicamente, queda claro que no lo somos.
Ahora, más que nunca es una exigencia y se acrecienta la necesidad de retomar el tema, porque el poder femenino ha sido prostituido de mil maneras.
En un lugar donde “Una colectividad se define jamás como Una sin colocar inmediatamente enfrente a la Otra”(Simone de Beauvoir, 1949), y ese “otro”, el diferente, el enemigo, la negación, el misterio ha sido la mujer en una cosmovisión androcentrista.
Tristemente muy malentendido el concepto, ya que sólo hace falta echar un vistazo a las cosmologías de origen del universo donde siempre existe la unión orgásmica y generadora de vida entre el arquetipo masculino y femenino: Shu y Tefnut en los egipcios, Urano y Gea en los griegos, el cielo y la Tierra; su separación permite la creación. Y es que su atracción inevitable y obsesiva les hace querer fundirse y ser uno, pero se han tenido que separar, a su pesar para dar origen a la vida y el cosmos, y así, que uno quedara arriba y otro abajo, para que desde la perspectiva reinante, el de enfrente se mirara como el “otro”. Posiciones opuestas y complementarias; sin embargo al aterrizarse al ámbito de lo humano con una desdichada interpretación mal influenciada por las religiones patriarcales autoritarias, la posición femenina en un mundo pobremente comprendido ha sido desafortunada.
Y esta adaptación ventajosa y favorable al macho, se dice que tuvo lugar en aquel momento en el que fue derrocado el matriarcado y culto a la Diosa en la trágica historia narrada en “El regreso de Inanna” (V.S. Ferguson, 1995) cuyo análisis dejaremos para siguientes segmentos.
“Cuando la mujer despierte y ocupe el lugar que le corresponde, el mundo cambiará” fue la frase que le dio un dios dentro de las fauces de una águila dorada con cuerpo de serpiente (prehispánica) a Jorge Rosell, mi esposo y creo, aludiendo a mi más profundo y ferviente deseo, que se refiere al reconocimiento de la magia y el poder creativo, transformativo y destructivo de la energía de la bruja, la mujer con todo su poder exaltado, el cual nunca será igualado por el hombre, porque somos diferentes en las diversas dimensiones que nos constituyen. Aunque todo ser humano independiente de su género incluya la energía masculina y femenina, éstas no son la misma y vale mucho la pena aclarar esta diferencia en términos mágicos.
Continuará…
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